Nunca me voy a olvidar de este vino

Cerrar etapas se vuelve simbólico cuando el año está a punto de terminar, pero lo que acaba de pasar, es cerrar. Es abrir.

Que lo que creías que estaba perdido haya renacido, haya desprendido; me hace despegar, me deja pensando… Me invita a tomar otro sorbo de Hall.

Amo ser parte de esta familia, tan complicada, tan fuerte, que saca dolores físicos; pero que cuando habla, te abre el mundo.

Amo la intensidad, las cosas que callamos, pero que estallan en ese momento.

Me cuesta decir “te amo”, pero de verdad los amo y mucho, muchísimo más que eso.

Feliz 2017.